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Personajes Técnicas para escribir

¿Qué va primero, la historia o los personajes?

¿PRIMERO VA LA HISTORIA, Y LUEGO LOS PERSONAJES?

Suele ser algo que genera dudas cuando un principio de historia aparece de forma vaporosa en la mente del escritor. De modo que es lógico pensar que hay que profundizar en el entramado para que la futura novela sea más palpable.

¡Pero nada más lejos de la realidad!
Si dudas, plantéate lo siguiente:

¿Primero va la vida y después tú? No, ¿verdad?

La vida te ocurre a ti. No le ocurres tú a la vida. Lo mismo es extrapolable a los libros. Esta máxima para mí es fundamental. De hecho, lo que comúnmente se conoce como “historia”, para mí es un conjunto de 3 cosas:

1. Conflicto

2.Personajes principales

3. Trama o resolución

Conflicto

El conflicto es la base de la novela. Es el problema que los personajes deben resolver para llegar al final. No desarrolla la historia al detalle, simplemente plantea la situación de partida sobre la que hay que trabajar durante el proceso de escritura.

Personajes principales

Una misma circunstancia se gestiona de infinitas formas diferentes en función de la persona que la enfrente. «Yo soy yo y mis circunstancias», dijo una vez José Ortega y Gasset. Así que después de plantear el esqueleto, esbozo los personajes principales y a ellos les encomiendo el desarrollo de la trama y la elección del narrador.  ¿Cómo me gustaría que fuera tal o Pascual? ¿Cómo resolvería esto esta persona teniendo en cuenta que tiene estos defectos?

Hay que animar al personaje a equivocarse. Un consejo es dirigir la acción mediante los defectos, no las virtudes. Otro es deformar la virtud hasta provocar consecuencias negativas. Imagina un héroe demasiado valiente.

Por ejemplo, en H&R La luz de Sorolla, la protagonista (que no personaje principal, ya hablaré de ello) es una chica treintañera que debido a la precariedad del mundo laboral se ve abocada a trabajar para una agencia de detectives de Barcelona. Celia Ordis narra en primera persona su experiencia con Alberto Rojo, y ella dirige las pesquisas y la resolución del caso. Por tanto, lo hace como buenamente puede, con la torpeza de quién se dedica a dar charlas sobre arte en el MACBA, y no con la elegancia de Sherlock Holmes. Ahí es donde está la gracia. Ella y sus circunstancias llevan a la investigación a desarrollarse del modo en que lo hace, que es la originalidad que traté de imprimirle a la historia. 

Sin embargo, en Les bruixes de Macbeth, todo gira entorno a Cordèlia, una bruja milenaria que ha vivido tanto que hay mucho que no recuerda. (Como nos ocurre a nosotros, que medida que crecemos, olvidamos hechos o los agrupamos bajo un recuerdo tipo). Además, Cordelia es repudiada tanto por las brujas de su clan como por los mortales. Y es extremadamente introvertida. Esto hace que sea muy desconfiada e independiente y que dude con frecuencia. Pero también es una mujer íntegra de elevado sentido moral; esta mezcla es la que abandera su comportamiento y provoca que tome decisiones unilaterales con graves afectaciones para todos los implicados en el enfrentamiento con la todopoderosa Adela Macbeth. De nuevo, ella y sus circunstancias guían la novela hacia su (inesperado) desenlace. 

Parafraseando a Ortega y Gasset, son los personajes y sus circunstancias los que desarrollan la historia de la novela hacia el desenlace adecuado.

Resolución

A partir de aquí, la historia suele ir rodada (para mí). Es más fácil construir la sinopsis completa y detallada de lo que va a ocurrir. Es decir, cómo se va a resolver el conflicto planteado. Y es a partir de aquí, o incluso cuando ya se está en el tajo, cuando van picando a la puerta los secundarios. “¡Ojo que aquí entro yo!”  

Los secundarios acostumbran a desatascar la trama. Son los “facilitadores” de los personajes principales. La bisagra. Para mí es muy importante que se integren de forma natural durante el desarrollo de la trama. 

En resumen: Tener claro el tema y conflicto y jugar a ver cómo lo resolverían los personajes imaginados es lo que construye y da sentido real a la historia de la novela. Y no al revés.

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